HOY, EN LA PORTADA
DE NUESTRA
EDICIÓN IMPRESA

X

Por: Redacción La Industria

EL HINCHA

Publicada el 03/03/2025 - 04:04 PM

Conoce el a, b, c del básquet


Con 27 años de trayectoria, la Academia Tito Peláez se ha convertido en Trujillo en un referente en la formación de jóvenes talentos, apostando por la disciplina, la técnica y el amor por el juego desde los primeros años.

Forjar deportistas es un arte que combina paciencia, disciplina y una pizca de genialidad. Si hay alguien que encarna ese perfil en Trujillo es Tito Peláez. Su nombre y apellido no solo resuena en las canchas de básquet de la ciudad por su pasado como jugador, sino también por su inagotable labor como entrenador. Con 27 años al frente de su academia, ha hecho de esta disciplina deportiva un estilo de vida para cientos de niños y jóvenes.

El buen Tito comenzó su camino en la enseñanza a los 24 años, una edad en la que muchos aún están descifrando su destino. Pero él lo tenía claro: quería transmitir todo lo que el básquet le había dado. Desde entonces, su academia, que lleva su mismo nombre y apellido, se convirtió en un semillero de talento, donde la pasión por la pelota naranja se trabaja desde la base, con fundamentos sólidos y una filosofía de esfuerzo constante.

“Ingresé a estudiar Economía en la UNT y trabajaba paralelamente en Telefónica. Todas las noches iba a ver los partidos de la Liga de Trujillo y decidí dejar la carrera para dedicarme al básquet desde los 24 años”, afirmó el destacado técnico, quien considera a Percy Gonzales como su mentor por las enseñanzas que dejó en él. 

Institución formativa

La Academia Tito Peláez no es solo un espacio de entrenamiento, es un símbolo de dedicación. A lo largo de casi tres décadas, ha sido la cuna de innumerables jugadores que han destacado a nivel local y nacional. En Trujillo, si alguien quiere hablar de formación en básquet, el nombre de Tito Peláez aparece de inmediato en la conversación.

Su compromiso con la enseñanza no se limita a la cancha. Tito Peláez ha cruzado fronteras en busca de perfeccionamiento. Se ha capacitado en Brasil, Argentina y Estados Unidos, absorbiendo conocimientos que luego adapta a su método de trabajo. No se trata solo de aprender técnicas, sino de comprender la esencia del juego y cómo transmitirla a las nuevas generaciones.

“En mis inicios, muy joven aún, viajaba a Lima, Arequipa y Tacna para capacitarme. No desperdiciaba oportunidad para mejorar. Luego, ya pude viajar a otros países”, acotó. 

El tiempo ha pasado, pero la pasión de Tito Peláez sigue intacta. Su labor no se mide solo en títulos o en jugadores que llegan a instancias competitiva superiores. Su mayor satisfacción es ver cómo el básquet transforma vidas, cómo la disciplina y el trabajo en equipo forjan mejores personas dentro y fuera de la cancha.

Además, destaca que “nunca he permitido que se metan en mi trabajo”, en referencia a las conocidas injerencias de los directivos, lo que ocasionó a que renuncie a seguir dirigiendo los representativos de la selección de Trujillo. 

Desde muy pequeños

Para él, la edad ideal para iniciar en el básquet es a los cinco años. A esa edad, dice, los niños están en la etapa perfecta para desarrollar la coordinación motora y aprender posturas que luego serán clave en su evolución. Con esa visión, ha estructurado un sistema de enseñanza progresivo que permite a sus pupilos crecer con el deporte de manera natural.

“Si los niños empiezan a los cinco años a practicar el básquet, a los siete años ya están competitivos”, señaló.

A los 24 años, tomó la decisión de formar jugadores. Hoy, con 27 años de trayectoria, puede decir que también ha formado historias. La historia del básquet en Trujillo tiene un nombre grabado con letras doradas: Tito Peláez.


Valora nuestra Nota

Grupo La Industria - 2023