Sin importarle los exorbitantes índices de muertes a causa de la segunda ola del COVID-19, un night club trujillano funcionaba a puerta cerrada en un reducido espacio con alta probabilidad de carga viral, y sin las mínimas medidas sanitarias. Pero el antro de perdición llegó a su fin, tras una intervención que estuvo a cargo del alcalde de Trujillo, José Ruiz Vega, en calidad de presidente de Comité Provincial de Seguridad Ciudadana (COPROSEC).

En el lugar, "Copacabana" de la avenida Miraflores cuadra 7, las autoridades de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), Ejército Peruano (EP), Policía Nacional del Perú (PNP) y Predectura, intervinieron a 21 féminas (16 venezolanas y 5 peruanas) que ejercían la prostitución clandestina en pleno rebrote del Coronavirus. Ellas fueron conducidas a la comisaría La Noria.

Según la subgerencia de Licencias y Comercialización de la MPT, el establecimiento contaba con permiso municipal para chifa - pollería; sin embargo, era un night club, que además no contaba con certificado de Defensa Civil, por lo que se procedió al cierre temporal de 30 días.

"No vamos a permitir que el meretricio se apodere de las calles de la ciudad o se esconda en bares y cantinas. Estamos de cara a una pandemia devastadora; y la salud pública es prioridad de la MPT. Vamos a ser estrictos; y de la mano con nuestras autoridades estamos realizando estos operativos de manera continua", señaló el alcalde José Ruiz.

El megaoperativo se desarrolló en diferentes avenidas de la ciudad de Trujillo, interviniendo también, bares y cantinas; así como restaurantes, como "Caldos Mi Rey" de la av. América Sur, que de manera reincidente ofrecía el servicio en horario de toque de queda.