Mañana, 22 de octubre, se llevará a cabo un paro de transportistas en Trujillo y algunas provincias vecinas, lo que ha motivado a la Gerencia Regional de Educación de La Libertad a suspender las clases por razones de seguridad. Esta medida afecta a miles de escolares, maestros y personal administrativo, quienes no asistirán a las aulas ante el temor de posibles desórdenes.

El paro ha sido convocado por la Central Regional de Transporte Urbano de La Libertad (Certull), y ha encontrado eco en diversas empresas de transporte, como taxis, camionetas rurales, ómnibus y colectivos. Estas compañías buscan presionar a las autoridades locales y nacionales para que tomen acciones inmediatas frente a la creciente ola de criminalidad y extorsión que afecta al gremio en la región.

Las provincias que también se sumarán a la paralización son Chepén, Pacasmayo, Ascope y Virú, que enfrentan problemas similares de inseguridad. Ronald Grados, coordinador regional de Transportes en La Libertad, informó que las empresas de estas zonas han decidido apoyar la medida local, aunque a nivel nacional existe una decisión distinta.

De hecho, Grados reveló que el 31 de octubre se realizará un paro general a nivel nacional, ya acordado desde septiembre. Esta situación ha generado controversia, ya que la dirigencia nacional no respalda la convocatoria del 22 de octubre, lo que deja a Trujillo y algunas provincias actuando de manera independiente.

Martín Camacho, gerente de Educación, precisó que la suspensión de clases afecta únicamente a las provincias mencionadas, excluyendo las zonas de la sierra de La Libertad. Además, aclaró que la educación virtual no será una opción durante esta jornada, ya que no ha mostrado ser eficaz en esta circunstancia.

El funcionario también indicó que las horas lectivas perdidas se recuperarán en diciembre. Para ello, las instituciones educativas trabajarán en coordinación con la Unidad de Gestión Educativa Local (Ugel) y los directores de los colegios, quienes deberán ajustar los calendarios escolares.

Las expectativas en torno al paro del 22 son altas, especialmente entre los transportistas que han vivido en constante temor debido a las amenazas de extorsionadores. La protesta busca visibilizar estos problemas y forzar a las autoridades a implementar soluciones concretas y efectivas.

Sin embargo, la falta de apoyo de la dirigencia nacional genera incertidumbre sobre el alcance real de la medida. Grados mencionó que, aunque el paro en Trujillo está en marcha, no cuenta con el respaldo gremial a nivel nacional, lo que podría afectar la participación de algunos transportistas.

A pesar de esto, tanto transportistas como educadores se mantienen expectantes ante las decisiones que se tomen mañana. El objetivo es claro: poner fin a la inseguridad que afecta a la región y retomar las actividades normales lo antes posible.

Los ciudadanos de Trujillo y las provincias afectadas se preparan para un día atípico, en el que la paralización del transporte y la suspensión de clases serán protagonistas. Las autoridades locales estarán bajo la lupa mientras se desarrollan estos eventos cruciales para la región.