Impresionante porque rompe los esquemas y los lineamientos de un cine tradicional hecho en nuestro país es lo que nos demuestra Tiempos Futuros (2022), el primer largometraje de Victor Checa, que se inspira en un suceso familiar de su padre. A partir de esto, el director crea una historia cinematográfica donde un padre (Fernando Bacilio) y su hijo (Lorenzo Molina) trabajan en construir una máquina que permita cumplir un sueño: que haga llover la ciudad de Lima.

La película que combina varios géneros del arte, en los que destaca la ciencia ficción, se estrenó el miércoles en el Festival de Cine de Lima. Su director nos cuenta en esta entrevista su proceso creativo, que le tardó siete años en que la película se haga realidad; tiempo en que Víctor Checa perdió a su padre, apareció la pandemia, y el sistema socio-político hacía lo suyo.

- ¿Crees que los hijos no solemos acompañar a nuestros padres a cumplir sus propios sueños?

- Yo siento que mi padre, por ejemplo, nunca llegó a compartir plenamente la idea o el entusiasmo de la máquina conmigo; es decir, para él, eso era un sueño o una idea, pero creo que se avergonzaba un poco de esa idea, como si él se sintiera un niño con ese sueño y sintiera que yo ya era un adulto. Eso creo que pasa a veces cuando eres adulto, como que hay un cierto deber, en comportarte de una manera, es como si se te negaran ciertos sueños, ¿no? Como hijos, a veces, no somos conscientes de eso e incluso lo criticamos o lo negamos la posibilidad de que el padre haga realidad ese sueño.

- ¿A partir de qué motivo nace llevar al cine esta parte de tu vida?

- En realidad, la película es una ficción y se escapa completamente al autobiográfico, pero parte de un evento concreto que son estos vídeos de mi padre trabajando en una máquina, en ese cuarto de atrás de la casa, al que yo descubro.

Yo había planteado cómo trabajarlo en una película desde el inicio. O sea, al ver ese día dije: «mira, qué interesante sería trabajar esta idea en una película», que es el vínculo de un padre con una extraña máquina que trabaja a escondidas. Y es de esa imagen donde empezó a surtir la película.

- ¿Qué significa para ti la máquina?

- Yo creo que el significado se le da cada uno, pero creo que es básicamente el corazón de la relación, la tensión entre ambos. La máquina es como el cuerpo del vínculo entre ellos porque de alguna manera la máquina se va como alimentando, se va transformando.

- ¿Qué te atrajo en Lorenzo para considerarlo en tu película?

- No había esa idea como mi alter ego. Lo que me interesaba en Lorenzo era él como es. No buscaba algo concreto en un personaje, buscaba como una decadencia, que tenía que ver con lo melancólico que tenía que ver con un niño que pudiera parecer un adulto, y Lorenzo tiene todo eso: tiene una decadencia lacónica… Como si fuera un adulto en cuerpo de un niño, porque si uno lo ve a Lorenzo es difícil darle una edad. O sea, no tiene como cierta energía que tiene un niño de 11 años, hay un cansancio también en él, sobre todo en la película hay como un peso. Si te das cuenta, incluso, los zapatos que usa le quedan grandes, un traje que le queda grande. Usa vestuario que en realidad es del padre. Entonces, hay un peso en él, y ese peso se siente en su mirada. Como si hubiera vivido mucho más de su edad.

- ¿Cómo fue la elección de Fernando Bacilio?

- Yo ya había visto El Mudo, y me gustaba mucho su trabajo. Yo quería un personaje completamente opuesto a lo que se espera de un científico o un inventor, que es un personaje extrovertido, quería un personaje contenido y lacónico. Me parecía que Fernando podía trabajar un personaje interesante a partir de ese registro. Entonces, así fue y lo seleccionamos.

- ¿En qué subgénero podría estar considerada tu película?

- Clasificarla es compleja. Se dice que es ciencia ficción, pero también tiene otros géneros. Creo que va navegando por varios géneros, el cine noir, el suspenso. Creo que podría ser una ciencia ficción intimista.

- ¿Tú sueles consumir estos subgéneros o quisiste que esta película navegue por esos subgéneros?

- Yo consumo todos los géneros. No quiere decir que todo me guste, pero trato de estar atento a cualquier cosa, sea una expresión más popular o comercial, o mucho más independiente o experimental. Entonces, nunca pensé cómo voy a hacer ese género porque me gusta ese género, sino la película que me gustaría hacer o me gustaría ver y ahí fue como encontrando diferentes géneros.

- Nos has demostrado que Lima se adapta para filmar una película de ciencia ficción.

- Lo que pasa es que Lima es una ciudad distópica. ¿En qué tiempo estamos? Hay ciertos comportamientos, ciertas cosas de la ciudad que parecen son obsoletas y tiene también muchos lugares escondidos. Para mí es importante cómo capturar cierta esencia de la ciudad, porque tú eres de Trujillo y Trujillo tiene otras condiciones. Lima también tiene esas condiciones del clima que generan como una esencia de la ciudad que era como reconstruir un mito en la ciudad, abstraer la ciudad a contar acerca de su particularidad como ciudad, como si la ciudad fuera un personaje.