José Antezana Soto, especialista en seguridad ciudadana y promotor original del Plan Zanahoria, analizó los desafíos y oportunidades que esta iniciativa representa, haciendo un llamado a evitar que el esfuerzo se vea empañado por la corrupción y la desorganización.

"Estamos viviendo una crisis de inseguridad sin precedentes. La violencia, las extorsiones y los sicarios han tomado protagonismo en nuestro día a día, mientras las autoridades nacionales parecen incapaces de tomar decisiones efectivas", señaló Antezana. 

Frente a esta realidad, resalta la importancia de medidas preventivas como la Ordenanza Zanahoria, que regula los horarios de funcionamiento de centros nocturnos para reducir el ruido, mejorar la seguridad y devolver la tranquilidad a las familias.

Para Antezana, esta ordenanza no es solo una cuestión de horarios. "Es una oportunidad para recuperar el principio de autoridad en Trujillo, algo que hemos perdido durante años. Más importante aún, establece un marco de respeto mutuo entre los ciudadanos", agregó. 

El especialista recordó que el Plan Zanahoria fue diseñado en 2007 y promovido en 2008, pero fue en 2014 cuando, bajo la gestión de la exalcaldesa Gloria Montenegro, se formalizó a través de una ordenanza municipal. "En ese entonces, el plan careció de sostenibilidad y seguimiento. Es un error que no podemos repetir ahora", enfatizó.

Antezana hace referencia a ciudades como Santiago de Chile, donde iniciativas similares han tenido éxito. "Con voluntad política y la colaboración de la ciudadanía, se pueden lograr resultados. Santiago es un ejemplo claro de cómo una cultura de prevención puede transformar una ciudad", sostiene.

Uno de los puntos clave que el especialista destaca es la importancia de la transparencia en la ejecución del plan. "La corrupción es nuestro enemigo constante. Si los funcionarios encargados de aplicar la ordenanza no actúan con honestidad, todo este esfuerzo será en vano", advirtió. 

Antezana también pidió que la población sea vigilante y denuncie cualquier irregularidad en la implementación del plan. "El éxito de esta medida no solo depende de las autoridades, sino también de la ciudadanía. Debemos asumir nuestra responsabilidad para garantizar que el Plan Zanahoria se ejecute de forma adecuada", manifestó.

Antezana subraya que la responsabilidad también recae en las familias. "Los padres deben involucrarse más en las decisiones de sus hijos. La vida nocturna, si no está regulada, pone en riesgo la salud y la seguridad de los jóvenes. Establecer horarios de retorno a casa es un pequeño paso que puede marcar una gran diferencia", señaló. 

Asimismo, destacó la necesidad de una comunicación constante entre las autoridades, los empresarios de locales nocturnos y las organizaciones sociales. "El Plan Zanahoria no solo busca tranquilidad y orden, también puede generar empleo y estabilidad económica para los empresarios, siempre y cuando se respeten las normas", comentó.

Para Antezana, Trujillo tiene la oportunidad de convertirse en un modelo a nivel nacional. "Si logramos implementar correctamente el Plan Zanahoria, otras ciudades verán el impacto positivo y querrán replicarlo. Este puede ser el inicio de un cambio significativo en la seguridad ciudadana de todo el país", aseguró. 

Concluyó con un mensaje de esperanza: "Unidos, ciudadanos y autoridades, podemos construir una ciudad más segura. El Plan Zanahoria es un primer paso, pero el camino hacia un Perú más tranquilo depende de nuestra capacidad de trabajar juntos, con honestidad y compromiso".