En la retina de los peruanos, especialmente de los trujillanos, aún está el amargo recuerdo de aquel fatídico 15 de setiembre de 1983, cuando el pugilista Orlando Romero perdió la posibilidad de convertirse en nuestro primer campeón mundial de box al caer ante el italoamericano Ray ‘Boom Boom’ Mancini en el mítico Madison Square Garden de Nueva York.

Más de 25 mil aficionados en las graderías del pabellón deportivo y millones de peruanos frente a su televisor de blanco y negro apreciaron aquel memorable duelo por el título de los ligeros de la Asociación Mundial de Boxeo. El trujillano cayó en el noveno round, pero su rostro no acabó tan molido como el de su rival.

‘Romerito’, quien pisaba lona norteamericana con 23 años, inició dominando la pelea. Estaba a minutos de gloria, pero un zurdazo de ‘Bom Bom’ Mancini acabó con sus sueños. “Yo era fajador, iba con todo de principio a fin. Quizás si me abría un poco en ese round y dejaba que pase el tiempo, hubiese terminado con el título. Pero no era mi estilo”, le dijo el pugilista a El Hincha en su última visita a Trujillo, en 2019.

Juego sucio

En tiempos de coronavirus, Romero, quien radica en España junto a su esposa e hijo, reveló los momentos de tensión que le tocó vivir previo a la recordada lucha.

“Antes de la pelea recibí amenazas de muerte. Estaba en el hotel de concentración y recibí una llamada. Me dijeron que esté atento al salir a la calle, que me matarían. Luego no contesté más, pero el teléfono empezó a sonar hasta que vino mi mánager. No podíamos desconectarlo (el teléfono) así que atinamos a dejarlo colgado”, recordó ‘Romerito’.

Pero eso no fue todo. El pugilista también recordó todas las trabas que le pusieron desde que pisó suelo americano, incluido un polémico sparring: el Italiano Vinny Pazienza, una joven promesa italiana de 21 años, quien más tarde se consagraría campeón mundial de los ligeros de la FIB (Federación Internacional de Boxeo).

“Desde que llegué a Estados Unidos todo era dudoso. En los días de preparación me mandaron a un sparring para que trabaje conmigo. Desde el primer asalto se notaron sus malas intenciones. Yo lo paré en seco, cancelé ese entrenamiento. Él era Vinny Pazienza, quien hoy es cuatro veces campeón mundial. Quería desgastarme para perder la pelea ante Mancini, querían que caiga en los primeros asaltos”, recordó.

Sueña con los Laureles

Romero, a su vez, envió un mensaje al Estado peruano exigiendo los Laureles Deportivos por el subtítulo mundial y su gran aporte al box.

“Ya pasaron 37 años y nada. Quieren que me muera para que me lo den póstumos. Como dice la canción, si me lo van a dar, que me lo den en vida”, finalizó.