El asesinato de dos niños de 3 y 5 años,y un adolescente acusado del homicidio que se declaró culpable sin remordimiento alguno, nos hace voltear la mirada nuevamente a nuestra salud mental y es que las personas sicópatas podrían estar dentro de nuestras familias y es necesario que sean detectadas.

Manuel Vargas Achón, exdecano del Colegio de Psicólogos, detalló para La Industria en Vivo que la sociedad actualmente está usando a la violencia como una herramienta habitual para resolver todos los conflictos. A comparación de los animales, el ser humano está matando por enfermedad y por placer.

“El sicópata rompe con la normalidad y no hay un patrón característico o rasgos físicos que nos alerten. A ellos les falta empatía y remordimiento, pueden caer bien y ser simpáticos, pero no hacen una conexión íntima. Son irresponsables, no trabajan o son despedidos constantemente, deambulan por la calle sin saber lo que quieren”, precisó.

Contrario a lo que muchos pensarían, un psicópata puede tener familia y mantener relaciones, incluso tener hijos y casarse, pero no consiguen una correlación afectiva; además, tienden a ser impulsivos, coléricos y maltratan a los seres más débiles como los animales.

“Muchos también realizan acciones delictivas y te lo cuentan con naturalidad, independientemente de si fue una violación, un asesinato. Su personalidad los enajena de la realidad”, reflexionó el psicólogo.

Vargas Achón precisó que existe una predisposición genética; es decir que, los hijos de padres sicópatas podrán heredar la enfermedad mental; sin embargo, el ambiente hostil en el que crecen los niños también se convierte en un factor que los predispone.

“Actualicemos el conocimiento de nuestros hijos con la realidad, no nos escandalicemos, contextualicemos la edad de nuestros hijos con las cosas que hace, revisemos los cambios que hacen en todo nivel”, recomendó el especialista a los padres para detectar algunos signos de alerta.