En el año 2011, el doctor Jorge Gustavo Azabache Díaz, especialista en cirugía general y abdominal, inició con el proyecto del laboratorio clínico por la necesidad de contar con un resultado certero de estudio de laboratorio. El galeno asegura que como cirujano fundamenta su diagnóstico, principalmente, en los resultados.

“Hay un margen de error importante en cualquier laboratorio en general y cuando hay algún tipo de problema, lo que hacemos es mandar al paciente a repetir el examen, pero eso implica una incomodidad al paciente, tanto en el tiempo como en el dinero, entonces encontré una buena oportunidad para tener los resultados a la mano”. Una suma de necesidades impulsó el proyecto.

Según relata el doctor Azabache, por aquella época, ya tenía 5 años trabajando para el Estado y con un consultorio, de manera particular, con lo que había generado unos ahorros que estaba interesado en invertir. Sin duda, la idea de contar con un laboratorio clínico llegó en el momento adecuado.

Fue así como hace 7 años, el doctor Azabache empezó a investigar sobre el manejo de en este rubro y destinó para su implementación 14 mil 500 soles. “Comencé a investigar en este rubro y pues es un mundo aparte de la medicina, entonces decidí tener un laboratorio, esa es una de las principales razones, un laboratorio a mi disposición donde yo pueda manejarlas cosas y tenga injerencia sobre la evaluación y participación directa.

Ese fue uno de los motivos que me impulsó más y, segundo, el hecho de que la cantidad de pacientes que evalué y, también por el tema empresarial y económico, me resultó atractivo”, señaló.

Sus ubicaciones 

Inicialmente, el laboratorio clínico Metropolitano atendía en un local alquilado en la V etapa de la urbanización Santa María. La finalidad, cuenta el doctor Azabache, fue tenerlo cerca de su centro de labores. A los 2 años y medio, el laboratorio ya había posicionado su servicio entre los mismos doctores de diferentes especialidades, siendo incluso, mayor la solicitud de atención de ellos, que los que llegaban de fuera.

En ese momento, tomó la decisión de mudarse al centro histórico, en el local que actualmente tiene en el jirón Bolognesi 735. “Como estoy en el mundo quirúrgico, la atención en el laboratorio es abierto al público en general, sin embargo, la idea nació para servirme a mí mismo, ahora yo les doy servicios, bastante personalizados, a cirujanos, entonces, me va muy bien”, refiere el galeno.

Su ventaja diferencial está en el servicio personalizado que les brinda; por ejemplo, de una evaluación preoperatoria a un ginecólogo, a un cirujano oncólogo, a un cirujano plástico. Eso le ha ayudado a mantener su negocio y perfilarse para el servicio de laboratorio dirigido a sus colegas.