Por: Gustavo Rojas

Érase junio del 2022, tomando café, cerca del río en Roma, pero no en la antigua hacienda ubicada en el distrito Casa Grande (La Libertad), donde nació Cristhian Esquivel, sino más bien en pleno corazón de Italia, mientras rodaba Sin sangre, película dirigida por Angelina Jolie, el actor peruano recibió la llamada que lo llevaría a cumplir un sueño insospechado de cuando era adolescente: trabajar para la nueva película del recordado director Lucho Llosa. 

“Es una cosa pletórica, es como un sueño ahí que alguna vez pensaste, pues se cumplió”, comenta Cristhian Esquivel para La Industria, cuando la productora le propuso trabajar para el cineasta peruano, con el libreto escrito por el Premio Nobel Mario Vargas Llosa. “Los nombres avalan un gran proyecto”, pensó el actor.

Cristhian Esquivel no lo podía creer, recuerda que sintió “una explosión de emociones” de saber que su talento les interesa a directores importantes y que quieren contar con su trabajo para la pantalla grande. Para ese entonces, su imagen ya había llegado a la pantalla chica con la serie Los otros libertadores, encarnando a Túpac Amaru.

El actor voló hasta Lima para someterse al casting con el director, la producción y demás asistentes. En la convocatoria, incluso, se encontró con otros actores que postulaban para el mismo personaje, el que finalmente fue encargado a Cristhian  Esquivel.

Hasta ese momento, el actor liberteño no sabía quién era el teniente Shogun, al que tenía que darle vida en la película. En palabras sencillas, le explicaron que fue un personaje trascendental para un muchacho llamado Lurgio Gavilán, en tiempos del terrorismo. Este muchacho se hizo hombre y escribió un libro titulado Carta al teniente Shogún, en la que el autor incluye una fotografía familiar, y anota: “Teniente, si usted no me hubiera perdonado, esta no existiría”.

Esta historia en la que el teniente Shogun salva al pequeño Lurgio de ser eliminado de la faz de la tierra, fue fuente de inspiración para que Mario Vargas Llosa escribiera el guion. Con estas referencias del personaje militar, Christian Esquivel se preparó para conseguir el papel.

“Al casting fui caracterizado con un gorrito militar. Me puse ropa de color verde, haciendo referencia al militar. Me corté un poquito el cabello porque lo tenía largo desde que llegué de Roma. Desde ahí, con estos elementos, fui preparado porque hacen una selección extrema”, recuerda Esquivel.

“El trabajo de Lucho es muy estricto, muy exigente, súper profesional, todo con respeto; un profesionalismo que me sorprendió. Por ejemplo, Lucho venía, marcaba las escenas. Te decía: 'Así, así, así'. Ya tenía clarísimo los planos que iba a hacer. Es súper milimétrico, y eso se lo debe a su experiencia”, describe Esquivel. Y es que a nuestro actor liberteño le ha quedado impregnado en la memoria el tatuaje profesional del cineasta Llosa, que ya ha dirigido a Sylvester Stallone, Sharon Stone y Jennifer López en Hollywood.