La parentela entre el esteticismo de la literatura y la presunta proletariedad del periodismo siempre estuvo presente en análisis convertidos en libros y en sabrosas discusiones en la bohemia de Trujillo. Esta aceptada relación entre uno y otro género lo postularon no solo Gabriel García Márquez, sino curtidos reporteros trujillanos como Segundo Llanos Horna o escritores como Teodoro Rivero Ayllón y Saniel Lozano Alvarado, los tres liberteños de fecunda producción en las humanidades. Llanos la llamó “fraternidad natural” y Rivero considera que uno y otro “tienen raíces comunes”. A estas alturas puede resultar bizantina la discusión, pero, en mi concepto, no lo es. Creo hoy más que nunca que el periodismo como ejercicio profesional y productor de historias cotidianas requieren- al margen del tecnicismo reporteril- empinarse en la estética y ética del lenguaje para cumplir la misión: educar, no embrutecer. Por eso es justo destacar los 39 años del grupo literario trujillano GREDA, que, junto con Nuevo Amanecer o Peña del Mar, para no zambullirse en otros colectivos del siglo pasado, han servido como campos de cultivo de exquisitos trabajos literarios, cuya calidad creativa de sus integrantes, reconocidos aquí y en el extranjero, se convierten en paradigmas que los periodistas debemos otear. GREDA, según el escritor Andrés Aguirre Lynch, ha surcado el camino a lo largo de casi cuatro décadas a punta de tareas creativas y de promoción de la cultura en general y de la literatura, de manera especial. “Sabemos que no basta la palabra enardecida ni absurdamente maquillada. Es necesario que dicha palabra lleve vida y ayude a vivir a nuestro pueblo, porque no es necesaria la ilusión de una teoría sin sustento, sino la realidad de la esperanza de una vida digna”, remarca Aguirre. Es decir, no solo el poeta de verbo inflamado y sobrecogedora voz, sino un periodista convertido en paladín e intérprete ciudadano, pueden ayudar a vivir dignamente en esta convulsa sociedad. Igual que otros grupos literarios que marcaron época en Trujillo, GREDA y sus poetas y prosistas han entregado a la cultura regional un patrimonio intelectual felizmente recopilado en una publicación lanzada en octubre del año pasado. Recoge trabajos desde 1983 hasta la actualidad. Compila la producción de Erasmo Alayo Paredes, de Teobaldo Francisco Sánchez Vásquez, de Camilo Gil García, Ángel Gavidia Ruiz, Lizardo Cruzado Díaz, César Sabana Vera, Juan Flores Arrascue y de Magno González Arrascue. “Como/un insecto fatal/y oscuro/la Ciudad posee millares de ojos/Pero, de igual modo/la Urbe/es ciega/como vieja decrépita/que trata de contemplar/las estrellas/a la hora de la siesta (…) Entonces/alguien vendrá a cubrir/con periódicos/las lágrimas/Y después las confundirán/con los suicidas”. Bello fragmento de Las ciudades también lloran, de Lizardo Cruzado que todo periodista debe sacar provecho para “ver” mejor a su ciudad.