Luego de que el suspendido alcalde provincial Daniel Marcelo indicara sentirse “traicionado” por José Ruiz Vega, hasta la semana pasada primer regidor de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), el nuevo burgomaestre en funciones tiene nuevos desafíos para mantener la precaria confianza de la comunidad en su gestión y en Alianza Para el Progreso (APP). La falta de liderazgo en la agrupación fundada por César Acuña Peralta es visible. Se da tanto acá en Trujillo y La Libertad como en Lima. Recordemos que un oscuro y gris congresista de esa bancada, Josepht Pérez Mimbela, insultó hace una semanas al presidente de la República y todos se enteraron porque dejó el micrófono abierto.

Omar Chehade y todos los operadores políticos de APP ocultaron la identidad del faltoso hasta el viernes pasado se dio a conocer. Es decir, a APP le urge un liderazgo ausente que nadie le da en estos momentos, el mejor para demostrar solvencia cuando las papas queman. Sin duda, el alcalde Ruiz está lejos de ser un líder de esa agrupación (no se lo permitirían, además: al que asoma la cabeza, se la hunden de un garrotazo) y no le alcanzará con reordenar el comercio ambulatorio en la ciudad, pero podría empezar haciendo algo que fracasó durante la gestión de Marcelo. Por lo pronto, tendrá que analizar las consecuencias de reabrir del todo el infecto mercado de La Hermelinda, que está operando a medias solapadamente.

Los comerciantes de ese centro de abastos no son cualquiera, como sus demás pares que operan en la ciudad.   Son personas que llevan adelante una mala gestión de ese mercado, al que han convertido en un foco infeccioso por su rechazo recalcitrante a adoptar medidas de salubridad mínimas. Y no nos referimos a un problema de ahora sino de toda la vida. Por su parte, los comerciantes que ahora han tomado las calles deben entender que el distanciamiento físico y el uso apropiado de las mascarillas son tan solo algunas de las normas que deben respetar.

No es fácil cargar con ellos y su mercadería por infringir las reglas. Pero sí instarlos a que se pongan en vereda. ¿Y los comerciantes formales que ven cómo sus negocios están afectándose por la competencia leal de los informales? Por ejemplo, en ciertos puntos de la ciudad, como las tomadas cuadras 6 y 7 de jirón Gamarra, podrían colocar perfectamente vallas y muros de contención al modo que lo han hecho sus pares de La Victoria, en Lima, para dificultar del aposentamiento de los ambulantes, aunque eso conlleve a la disminución de por lo menos un carril para el tránsito vehicular.