¿En qué se parecen Manuel Llempén Coronel y Martín Vizcarra? Si le buscamos el lado controversial, diríamos que ambos comparten una deuda similar: el primero prometió convertirse en el “gobernante regional de la salud”, mientras que el presidente de la República prometió construir 80 hospitales en todo el Perú durante el 2019. Podemos verlo desde una óptica positiva y afirmar, también, que se hermanan en el propósito de librar de la pandemia a La Libertad y al Perú, respectivamente.

Sin embargo, ni Llempén Coronel se convirtió en aquello que prometió durante su campaña electoral, ni Vizcarra Cornejo cumplió con su promesa. Apremiados ambos por una pandemia cuya velocidad los superó, tuvieron que gestionar una crisis sanitaria sin precedentes en la historia del país con los pocos recursos materiales de que disponían. Error de cálculo de los dos, más de Vizcarra que de Llempén, porque el Covid-19 se expandió como reguero de pólvora.

Ahora bien, ¿puede acusárseles a ambos de otra cosa que no sea ese mencionado error de cálculo y, en el peor de los casos, de incompetencia? No, porque ninguno va a salir a hacer mallas cosas adrede. Sería un suicidio llenarse de enfermos y consecuentemente fallecidos; o de que el sistema de salud colapse, como infelizmente ha ocurrido. Miles de veces más a Vizcarra que a Llempén Coronel, empero, corresponde la responsabilidad del manejo errático de una crisis que tuvo entre sus víctimas a la economía del país. Eso es algo que entra en el enorme pasivo que su gobierno tiene con los peruanos.

Más le vale que la rápida reactivación de las actividades económicas dé los resultados que todos necesitamos, y que eso se traduzca en la recuperación de los empleos perdidos y que más empresas no sigan cerrando a consecuencia de la paralización. Porque sino Vizcarra pasará a la historia no como el presidente que salvó a su pueblo de caer generalizadamente presa de una pandemia, sino como aquel mandatario que careció de las miras suficientes para ver lo que se avecinaba.

Por eso, aunque no contradijera a Vizcarra ayer en Trujillo, sobre el mantenimiento de la cuarentena en La Libertad (algo que las autoridades regionales pidieron que no se levantara y se mantuviera), Llempén mantiene un margen de maniobra. Además, la pelota está en su cancha: si, pese a todo, considera necesario mantener la inmovilidad social, ahí está el ejemplo de Moquegua que dio Vizcarra. En el sureño departamento se ha decidido proseguir dos semanas más de inmovilización social. ¿Podría hacerlo Llempén acá? La respuesta cae de madura. Eso sí, Llempén Coronel puede y debe alcanzar al jefe de Estado elementos de juicio que contribuyan a su mejor discernimiento de las cosas.

Ahora bien, el gobernador regional no va a ponerse a discutir ni a enmendarle la plana a Vizcarra delante de la prensa. ¿Podría haberlo hecho? Sin duda. Pero se habría visto poco caballeroso y fuera de lugar. Tal vez se habló de esas cosas en privado. Bien si fue de esa forma porque voces como la de la Defensoría del Pueblo, por ejemplo, deben ser escuchadas siempre.