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Por: Redacción La Industria

TRUJILLO

Publicada el 02/07/2020 - 10:20 AM

[EDITORIAL] Salir de la cueva y de la hibernación


El primer día del fin de la emergencia ha despertado diversas reacciones, desde la preocupación por lo que se ha visto en las calles de la ciudad

El primer día del fin de la emergencia ha despertado diversas reacciones, desde la preocupación por lo que se ha visto en las calles de la ciudad hasta el entusiasmo de quienes creen, en su ignorancia, que la pandemia ha concluido. Pasando por los que muestran una indiferencia y han decidido proseguir haciendo la cuarentena que nadie los obliga ya a hacer. Nuestro recorrido por las calles nos ha permitido ratificar que el ciudadano de a pie, el poblador común y corriente, es en realidad una persona preocupada por el devenir de su situación personal y familiar.

Que, como cualquier otro ciudadano, no goza de una economía sólida sino que vive casi al borde del día a día. En consecuencia saldrá en busca del sustento que le es esquivo y que tiene que ganarse con el sudor de su frente. Ahí están los miles de comerciantes que, con la comprensión de las autoridades, salieron ayer como no lo pudieron hacer anteriormente, para vender, comerciar, ofrecer y conseguir la atención de la gente. Cientos de venezolanos, como no se habían visto en los días anteriores, estuvieron juntos y codo a codo con vendedores informales trujillanos, dispuestos a pes car a río revuelto. Lo que sí nos sorprendió fue ver a personas transitando sin mascarillas y convencidas quizá de que el coronavirus ha bajado de virulencia o que tal vez crean que ya disminuyó.

Todas las autoridades han sido muy enfáticas en advertir que las mascarillas son obligatorias y que debe respetarse la distancia social que salva vidas al evitar contagios. No hay que ser muy perspicaz para advertir que esto es así y que los contagios proseguirán. Lo que ha quedado claro es que la situación puede revertir hasta lo que fue hace dos días, en caso de advertirse que haya un aumento de los casos y que la curva regional no descienda. Lo que ha hecho el gobierno es hacer una estadística y unos cuadros de proyección que muestran cómo estamos llegando a una meseta de horizontalidad positiva, que da a los especialistas la idea fuerte de que estamos yendo por el camino correcto. No sucede así en La Libertad, ni en las otras regiones del norte (mucho menos en Áncash), donde de un plumazo pasamos a estar entre los departamentos con más casos de covid-19, al levantamiento total de las restricciones sociales.

La determinación del Ejecutivo pudo sorprender, alegrar o molestar, pero no dejarnos indiferentes. Se ha tomado una decisión muy polémica. El gobernador Manuel Llempén y su equipo de asesores insisten en que se debe mantener la cuarentena rigurosa porque manejan cifras que discrepan de los conteos que llegan desde Lima. Por ahora la gente está preocupada por ver qué hará en los próximos días. Los reencuentros familiares estarán a la orden del día y es natural que así sea. Somos seres gregarios que apostamos por relaciones sociales estrechas. Pero en los próximos días asomará, también (ya lo hahecho), la cara más dura de una tragedia inacabada. Y empezarán las inexorables estupefacciones de quienes se confinaron sin ver más allá.


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