La policía acaba de desbaratar a la organización criminal bautizada como ‘Los Topos del Frío’, que obtenía al mes más de US$ 11 millones producto de la salida del país de 250 kilos de oro extraído de la minería ilegal. Los tentáculos de esa mafia llegaban hasta La Libertad, de donde extraían oro en la provincia de Pataz. Es claro que se valían para ello de la minería ilegal, mal llamada artesanal. 

Sin embargo, los datos que aporta la policía no son del todo claros. El general PNP Raúl del Castillo, de la Dirección de Medio Ambiente de la Policía Nacional del Perú, indicó que esa organización criminal operaría desde 2015. También aseguró que se le venía siguiendo desde hace seis meses, pero que se incrementó la labor de investigación “luego del asesinato de cinco mineros en Pataz, en el mes de enero”. Si esto es así, ¿significa que en ese periodo han salido del país alrededor de 1.200 kilos de oro (a ojo de buen cubero) a través del puerto del Callao? Si es como afirma el oficial, que al mes enviaban 250 kilos y obtenían US$ 11,5 millones, estamos hablando entonces de tonelada y media de oro y casi US$ 70 millones perdidos en ese periodo. 

Perdidos, porque no nos cabe la menor duda de que ese dinero no se recuperará nunca. Ya está bien lejos del país, específicamente en Suiza, Alemania, Dubái, la India y China. Lo incautado a ‘Los Topos’ alcanza los 206 kilos de este mineral, entre oro puro y material aurífero, y valorizado en US$ 10 millones. Por su parte, el Ministerio Público indica que esta red criminal extraía el material de la minería ilegal que opera en el distrito de Parcoy, provincia de Pataz. Hace muchos siglos que al Perú le roban sus riquezas extranjeros que vienen, forman una empresa y le dan a sus actividades ilícitas una facha da legal. La minería no es la excepción. 

Durante el gobierno de Ollanta Humala hubo destrucción de dragas ilegales que sacaban oro en Madre de Dios y atentaban contra el medio ambiente. Gran parte de esa infraestructura pertenecía a ciudadanos chinos y rusos que operaban (operan) con una impunidad escalofriante. Por si fuera poco, contaban con la protección de sus embajadas, cuyos diplomáticos sacaban la cara por ellos y hasta desafiaban a las autoridades peruanas. El mundo al revés.